El problema de un “si supieras”, es que tal vez ya lo sabes, y aun seguimos en el mismo lugar del mundo, tú contigo, yo sin ti. Yo con la nostalgia fraguándome el futuro, yo con la voz de espejo, queriendo desbordar mi reflejo en ti. Tal vez, te conozca poco, pero mujer, tienes el rostro que siempre he querido conocer. Ya eres en mí, ese punto, el punto donde la esperanza corroe y quema, tus ojos color verde bosque, con cada hoja, sembrando oxigeno en esta existencia, aunque ya a estas alturas, el mar haya rociado las rocas sin verlas florecer, ya cuando te he hablado mil veces en silencio, ya cuando el viento se ha llevado tu nombre, ya cuando he sido víctima y victimario de mi propio recuerdo, ya cuando todas las sombras, de las cosas que no eres, les he dado tu forma, ya cuando me he visto por afuera y te he observado, ahí, sentada en mis ojos, ya cuando el eco te ha dejado de repetir, ya cuando tú, no sabes cuantos “tal vez” acumulas en mí, ya cuando has dejado rastros de humedad, en todas las ventanas donde te he dibujado, ya cuando el lamento siempre es poco.
Desgarradora la esperanza, la cual te acerca, terrorífica la realidad que te separa. Amiga, amiga de ojos verdes, te diré lo que tal vez nunca te diga, puedes hacer, que todo el viento del mundo se pose en tu pelo, que todo fin de horizonte, comience en tus ojos. Puede ser que jamás leas esto, puede ser que mil noches te pasen por los ojos, y sigamos en el mismo maldito lugar del mundo, tú contigo, yo sin ti.
Mujer, la de los ojos de sol, adiós. Esto tal vez, es un hasta nunca o un hasta ti.